Invocación al Apóstol, de la Peregrinación del Camino sobre Ruedas de la Soberana Orden de Malta, a la tumba del Apóstol Santiago.
Señor Santiago:
Desde Villalcázar de Sirga, llegamos hoy, hasta tu tumba como peregrinos, en este Año Santo compostelano, un grupo de las Asamblea Española y la Asociación inglesa de la Soberana Orden de Malta.
Junto con nuestros señores, los peregrinos en silla de ruedas que han participado en este Camino, deseamos unirnos hoy a esa larga hilera de hombres y mujeres que, a lo largo de los siglos, han llegado a Compostela desde todos los rincones de la Península y de Europa, e incluso del mundo entero, para ponerse a tus pies y dejarse transformar por el testimonio de tu fe.
Nuestra Orden nació hace mil años tras la peregrinación de unos mercaderes de Amalfi, que a su llegada a Jerusalén, decidieron quedarse allí para construir un hospital y consagrar su vida al servicio de los peregrinos, los enfermos y los más necesitados de aquella santa tierra, viendo en cada uno de ellos al mismo Señor que llama bienaventurados a quienes practiquen las obras de misericordia con los más pequeños.
Ellos, iniciaron una vía de cultura, de oración, de misericordia y conversión, que se ha plasmado en iglesias y hospitales, en albergues, puentes y monasterios. Muchos de ellos nos cobijan y conducen hasta llegar a tu sepulcro.
Señor Santiago, «Amigo del Señor»: venimos a tus pies para presentarte las intenciones de los miembros de nuestra Orden y las súplicas de todos los que se encomiendan a nuestras oraciones; y para manifestar, fieles a la tuitio fidei que nuestros mayores nos enseñaron, nuestra propia convicción de que no creemos en el desaliento, en el desánimo, en el sin sentido de pensar que se puede construir un futuro viviendo al margen de Jesucristo el Hijo del Dios vivo.
Intercede por nosotros y ayuda a nuestro lugarteniente y los demás profesos, a los caballeros y damas, al cardenal patrono, a nuestro prelado y a los capellanes, a los voluntarios y a cuantos participan en las diferentes actividades de la Orden de Malta, a practicar con firmeza la religión católica, apostólica y romana y a defenderla valientemente contra la impiedad.
Que ejerzamos con diligencia la caridad hacia el prójimo y de manera especial hacia los pobres y los enfermos; estando siempre presentes donde se escuche el lamento de un hombre. Que seamos instrumentos de misericordia dondequiera que haga falta, por siempre.
Al regresar a nuestras casas y retornar a nuestras ocupaciones habituales, nos encomendamos a Santa María del Camino, la Virgen Peregrina, y ti, Señor Santiago, a fin de que el nuestro Señor Jesucristo, el ideal de nuestras vidas, fortalezca nuestra fe, aliente nuestra esperanza y avive nuestra caridad.
Amén
Grupo de Voluntarios de la Asociación inglesa y de la Asamblea española de la Orden de Malta.
