Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta

Orden de Malta

HASTA SIEMPRE, RAFAEL

06/11/2020 


En el Principado de Asturias nunca ha habido una gran tradición melitense. Tan solo dos pequeñas encomiendas, San Juan de Leñapañada y San Juan de la Arena, que sufrieron los mismos avatares desamortizadores que las del resto de España. Tras ellas vinieron casi doscientos años de desierto sanjuanista en nuestra región, hasta que Rafael Sáinz de Baranda se hizo cargo de la Delegación en Asturias de la Orden de Malta a principios de este siglo. Hombre de excepcionales capacidades, Rafael quiso que desde el principio la Delegación de Asturias contase con su propia obra hospitalaria, asistencia espiritual para sus miembros y con una saludable vida social. Y triunfó en todos los frentes. De su mano comenzó nuestra labor asistencial en el Sanatorio Marítimo de Gijón, que redondeó con un magnífico acuerdo con el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega para la asistencia médica gratuita a sus residentes. En el plano espiritual, promovió la convivencia de los miembros de la Orden en Asturias y de nuestros familiares con los monjes del monasterio de Valdeidios, con cuyo padre prior, el recordado padre D. Jorge Gibert, capellán de la Orden, le unía una fraternal relación de amistad. Decía con entusiasmo que una delegación pequeña como la nuestra tenía que hacerse visible y colaborar con las delegaciones vecinas y en los proyectos de la Orden en España. De ahí surgieron inolvidables viajes a Lourdes, reuniones de hermandad en Mondoñedo y Santiago de Compostela, a cuya catedral quería que ningún verano faltasen miembros de su Delegación en el puesto de socorro de la Orden.

A Rafael le diagnosticaron alzheimer hace trece años. Luchó contra esa terrible enfermedad con fuerza y ánimo inquebrantable. Nunca le oí una queja. Cuando la enfermedad le estaba arrebatando sus últimos restos de lucidez, hace ya ocho o nueve años, Rafael sufría por la Orden de Malta, porque no podía hacer por ella todo lo que quería. Sin darse cuenta, poco a poco, él mismo pasó a formar parte del colectivo de Nuestros Señores los Enfermos. Y ahí conocí al Rafael más grande. Como ferviente católico que era, sobrellevó la enfermedad con entereza y dignidad admirables, aceptando con alegría la voluntad de Dios.

Aún lo saludé hace quince días, la mirada perdida en el infinito, consumido en su silla de ruedas, pero con su señorial aspecto de siempre. Ni se dio cuenta de que lo abracé. Y ya ven a dónde voy llegando. Quiero participarles el felicísimo suceso del fallecimiento de D. Rafael Sáinz de Baranda y González-Arnao, Caballero de Honor y Devoción de la Orden de Malta. Ayer quiso el Señor premiarle poniendo fin a sus temporales sufrimientos, abriéndole de par en par las puertas del cielo. Hemos perdido un magnífico caballero de Malta -el mejor que he conocido-, pero la Orden gana un alma en el cielo que intercederá por ella y por todos sus miembros. Salimos ganando con el cambio. Se ha ido con la discreción con que vivió, en medio de las tremendas circunstancias que a todos nos atenazan ahora, con lo que tan solo he podido dar un fugaz abrazo a sus familiares en el tanatorio de Oviedo, y a los que quiero transmitir desde aquí todo el cariño y admiración que he sentido por Rafael, perfecto modelo de caballero de Malta. Descansa en paz, querido amigo.

Javier Ángel Cancio-Donlebún Ballvé

Delegado en Asturias de la Orden de Malta


Rafael Sáinz de Baranda fue creador de la Delegación Regional de la Orden de Malta en Asturias y responsable de la misma hasta el año 2013

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