El conde de Orgaz: El Magisterio del ejemplo. 1936-2022.
Gonzalo Crespí de Valldaura y Bosch-Labrús, conde de Castrillo, de Orgaz y de Sumacárcer, ha tenido una vida terrenal plena y muy singular.
El ser hijo único y quedarse huérfano de madre con cinco años debió de marcar su infancia, su juventud y, quizá, su vida. El vivir la dura posguerra en España, también. Su familia materna tenía gran empuje en el destacadísimo papel que la burguesía catalana desarrolló a fin del siglo XIX en el progreso industrial de toda España. Su ilustrada, liberal y aristocrática familia paterna debió de aconsejar su formación escolar en el Liceo Francés de Madrid, que se remató en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar.
Esta formación le dio una fascinante amplitud de miras y una curiosidad por el saber que se percibe en muy pocas personas. Una atenta manera de escuchar, una sagacidad en la conversación y un sentido del humor, únicos, así como su buena fe en el prójimo que condicionaría su ejemplar labor humanitaria, le proveían de un constante interés en buscar lo positivo en los demás, para encaminarlo en actuaciones positivas para la sociedad.
Estudió ciencias económicas en Barcelona, después Geografía e Historia en la UNED, doctorándose en Historia, siendo Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia. El conocimiento y estudio de la Historia de su Casa, que desarrolló un papel principal en el devenir de la historia patria, y la bibliofilia eran dos de sus grandes pasiones, siendo presidente de honor de la Asociación Internacional de Bibliófilos.
Se casó con María Eugenia Cardenal de Caralt que ha sido su impresionante complemento y su columna vertebral. Con ella creó una familia muy creativa y extraordinaria, de cinco hijos: Agustín, María Josefa, Esteban, Luis y Diego, a quienes siempre apoyó, pues su base ha sido la gran satisfacción y orgullo que ha tenido por su mujer, sus hijos y por sus nietos.
A la vez que desarrolló esta labor intelectual y de cuidado de su familia, se empeñó con su envidiable inteligencia clarividente en ayudar al Prójimo, consciente de las necesidades que él reclama. Funda en 1981 la organización no gubernamental, “Ayuda en Acción”, que preside hasta 2003. Esta obra inmensa suya, implantada en 21 países y que atiende a más de un millón de personas que sufren vulnerabilidad, es reflejo de su capacidad de aportar el bien a la ciudadanía e intentar paliar el sufrimiento de tantas personas en países en desarrollo. Labor reconocida a nivel de la administración central del Reino de España al serle otorgada la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.
Este interés por la atención al necesitado, por paliar la pobreza y a asistir al enfermo lo continuó durante los diez años siguientes, en su presidencia de la Asamblea española de la Soberana Orden de Malta entre 2003 y 2013.
Se dotó de admirable paciencia para atender ideas, quejas, evacuar consultas, sugerencias de miembros, voluntarios y donantes. Y encarnó el espíritu San Juanista de entrega al prójimo, de darse al próximo, con una generosidad, -en varias áreas-, encomiable.
Consolidó las obras asistenciales en marcha abriendo Comedores, la Residencia de ancianos de San Juan Bautista en Aldea del Fresno, afianzó el patrimonio religioso y artístico de la Orden de Malta en España, así como las peregrinaciones al Santuario de Lourdes, al Camino de Santiago, y viajes culturales, a la vez que daba importancia a la labor de divulgación, volviendo a editar la gaceta Hospitalarios. Quizá en sus años de presidencia su mayor logro fue el gran salto cualitativo que se produjo en la captación de voluntarios, por el permanente cuidado que puso en ellos. Tras los años, al dejar la presidencia efectiva, y pasar a ostentarla de forma Honorifica, quiso seguir estando pendiente de la evolución de la labor asistencial que desarrolla la Soberana Orden de Malta, con su siempre oportuno y certero consejo. Esta fructífera labor le hizo ostentar la dignidad de Baílio Gran Cruz de Honor y Devoción.
¡¡Gracias por tu Ejemplo de Vida!!
Alfonso Pérez-Maura. 28-02-2022.
