Esta Jornada incide en que la Iglesia tiene la esperanza de que los cristianos nos tomemos el esfuerzo de no amar solo de palabra sino con las obras. Que pasemos a desarrollar nuestra esencia como personas con la entrega al prójimo /próximo.

 La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, que se conoce en su acepción abreviada de Soberana Orden de Malta, se configuró hace ya casi mil años con la finalidad de amparar, atender, cuidar y sanar al prójimo, basándose en aplicar en la vida civil, a través de su esfuerzo cristiano, las Bienaventuranzas, que es la guía de nuestro actuar.

Desde un inicio el objetivo de nuestra milicia fue atender al prójimo en la demanda de sus necesidades. En darle amparo y en sanar sus heridas, no solo físicas, sino psicológicas y de cariño. Los esfuerzos que la Orden de Malta históricamente ha realizado para obtener resultados y conseguir aportaciones en el desarrollo de la sanidad universal, que han sido punteros, no desmerece en absoluto la magna labor que nuestra Soberana Orden ha desarrollado en bien y en apoyo de los sujetos que sufren vulnerabilidad, dándoles acogimiento material a través de atender sus necesidades de alimentación y otras muy diversas, aplicando así uno de las características que ha de trasmitir cualquier miembro de nuestra Orden que es la de estar VIGILANTE a las necesidades del prójimo, del próximo en Nuestro Señor Jesucristo.

La milicia sanjuanista, milicia melitense, ha de desarrollar y cumplir esta entrega al necesitado, que es nuestro objetivo asistencial, basándose en el amor que nos ha sido derramado, que otorga una confianza sin límites para atender a Nuestros Señores los necesitados, las personas que padecen vulnerabilidad.

Esta persona revestida de su especial dignidad suele padecer angustia en su situación de adversidad. El Voluntario, el amigo, el miembro de la Orden de Malta, en su trabajo sanjuanista ha de trasladarle la paz que necesita para combatir su incertidumbre, su miedo para conseguir que se dé cuenta que Nuestro Señor le enaltece por la situación de vulnerabilidad que vive. Con nuestro obrar tenemos que ser capaces de hacerles ver que han de aceptar su situación con una paciente, pero vigilante espera en la confianza en Cristo, que gracias a su luz misericordiosa puede ayudarles a salir de su situación crítica. Debemos de ver en ese necesitado próximo la imagen de nuestro Señor. Lo que hacemos a nuestro prójimo se lo hacemos a Él. Y para llevar a cabo nuestra labor asistencial debemos no regatearnos en la entrega y derramar generosidad en el necesitado. Esta generosidad, esta entrega es lo que puede aportar sostén al débil y devuelve la dignidad a los que la vorágine de esta sociedad actual les priva de ella.

La persona que se integra en formar parte de la milicia de la Orden de Malta, en cualquiera de sus formas, ha de comprometer su actuación pública y privada, movido o motivada por la Caridad hacia el próximo. Su guía ha de ser la entrega al necesitado, creando un ambiente en el que impere el acogimiento. No podemos delegar esta actuación, que se convertirá en una obra sanjuanista de fe. Ha de ser un compromiso personal de Fe en el prójimo. “Lo que hicierais a uno de vosotros, me lo hicisteis a Mi”. Hemos de compartirnos personalmente, hemos de darnos, al vulnerable. Conocer su situación ha de ayudar al voluntario de nuestra Orden a vivir la pobreza evangélica en primera persona y, tras ello, a asumir sus valores para poder servirlos. Este espíritu de servicio nos ha de ser apaciguador, hasta liberador. De esa manera estaremos cumpliendo nuestro Carisma Melitense. Tender la mano al necesitado, Servirle nos hará sentir que hay acciones que dan el auténtico y primer sentido a la vida.   

Debemos de realizar testimonios con humildad. Testimonios en silencio, callados, que encarnen el actuar en beneficio del próximo, para poder propagar con más nitidez la luz de esas acciones. A través de este obrar podemos comprobar como hay actuaciones personales de nuestros voluntarios, miembros y amigos, que son presencia viva de Dios entre nosotros, por su compromiso en el servicio a los demás y en el amor a Nuestro Señor.  

También en un aspecto laical, tender la mano al que requiere ayuda y asistencia es un compromiso responsable de quien se siente partícipe de un destino común de la Humanidad. 

Deberíamos seguir la máxima de San Pablo: “Mediante el amor nos ponemos al servicio unos de otros”.  La aspiración del cumplimiento y desarrollo de ese obrar patentiza la autenticidad de las acciones que debemos de llevar a cabo quienes formamos la milicia sanjuanista. Estas Santas aspiraciones en el actuar son el mejor antídoto ante la indiferencia con el prójimo que en las sociedades actuales, algunas veces, se visibiliza. Compartamos practicando la comunión con el prójimo. Hagamos visible la cultura del encuentro que es signo de fraternidad.

 En el afán de compartir y pese a las tristes y difíciles restricciones que sufrimos por la epidemia actual en el mundo y particularmente en España, la Asamblea Española de la Soberana Orden de Malta, actualmente atiende en nuestros Comedores distribuidos por todo el territorio nacional las necesidades alimenticias de parte de nuestra población más vulnerable.

Los dos Comedores de Madrid, el Comedor de Sevilla, el reabierto Comedor de Barcelona sirven bolsas de comida a los necesitados, en estos momentos en que el distanciamiento social no permite mayor proximidad. En Andalucía y Valencia asistimos directamente a familias con la entrega de productos frescos, con material escolar, con Juguetes en las fiestas de Reyes Magos. Servimos desayunos en Andalucía, Valencia y Madrid, dotándoles de sacos para dormir. Ahora nuestras duchas por motivos de la pandemia, no se pueden abrir, pero si el ropero que aparta vestido a familias necesitadas. Nuestro dispensario médico atiende a quien lo requiere, … . Nuestra simbiosis con el necesitado, la ejercen los voluntarios del equipo de “Cercanos”. Martes y Viernes por la noche asisten en las calles túneles y periferia de Madrid a las personas que duermen en el calle.

 Estas acciones con otras que son estacionales, así como la atención a los mayores de la Residencia de la Asamblea Española de la Soberana Orden de Malta ubicada en Aldea del Fresno son la encarnación del espíritu de trabajo, de entrega al prójimo, de servicio sanjuanista, que llevan a cabo voluntarios, miembros, amigos y benefactores en nuestra Orden en beneficio de las personas que padecen necesidades tanto materiales como psicológicas. Cubrir esas carencias ha de ser nuestro compromiso asistencial.