Testimonio Proyecto Carhuapoma
Los voluntarios que de momento ya estamos aquí (faltan todavía 5 por venir) nos hemos repartido en las dos casas del Hogar Nazaret: en la casa de las niñas están Felipe.L, de la delegación de Navarra, con su mujer Arancha, sus hijas; y en la casa de los niños estamos Cristina y María. G.Y, voluntarias de la delegación de Madrid (comedor de San Juan Bautista), Laura.R, de Murcia y yo. También ha participado la primera semana con nosotros Christel. C, hospitalaria de la Orden de Malta peruana. Ha sido un verdadero gusto haber estado con ella compartiendo estos días.
Tanto las niñas como las niños nos han recibido con mucha ilusión.
Nuestro día a día transcurre compartiendo con ellos todas sus actividades: el despertar temprano por la mañana, sus oraciones (oración de la mañana, rosario, Santa Misa), comidas, clases, limpiar, cocinar, poner orden en sus cuartos…. pero sobre todo intentando en cada momento, acercarnos a ellos todo lo posible con un trato familiar y de cariño, para intentar así que se abran a nosotros, y escuchándoles poder ayudarles en sus preocupaciones y carencias afectivas. Cada niño esconde una vida personal muy dura; es Cristo mismo quien sufre en ellos, y esa es nuestra tarea principal, estar cerca de ellos, para intentar reparar el corazón de Cristo herido.
Además, estos días hemos colaborado ayudando en el huerto (recogiendo verduras y limpiando de plantas secas); hemos sustituido al profesor de inglés, que está enfermo con dengue; hemos dado apoyo en lectura comprensiva y hemos dado largos paseos con ellos, tanto para ir al pueblo cada tarde al entrenamiento de fútbol, como para ir de excursión a bañarnos en el río.
Estamos pasando unos días muy felices y llenos de paz; y damos gracias a Dios por habernos dado la oportunidad de poder venir hasta aquí, y ver cómo los más pobres de los pobres, poniendo sus vidas en las manos de Dios, son capaces de hacernos vivir llenos de alegría, unos días inolvidables.
